Por Claudia Rodríguez
Ser parte del Seminario de Fenomenología de la Danza de la Cátedra Gloria Contreras a cargo de la maestra Raissa Pomposo ha sido una experiencia abrazadora, nutriente, confrontadora que definitivamente ha permeado mi vida, más allá de la práctica dancística.
El filósofo Gabriel Schutz en su libro Éticas de la serenidad nos dice que: “La invitación helenística nos dice que: “El “problema” con la filosofía antigua en general es que toda teorización sobre ética solicitaba, por parte del filósofo, una verificación que comprometía su propia vida y obra. La ética, como reflexión sobre el modus vivendi, suponía una autoobservación del modo como se conducía la vida personal. Los ejemplos no eran experimentos mentales, sino vidas y obras ejemplares. En lo que tocaba a asuntos morales, podía alcanzarse un refinamiento conceptual notable, pero si no había un respaldo vital-vivencial, siquiera una intención de respaldo vital, la sofisticación se revelaba estéril (el logos debía estar respaldado por un bios)”.(1)
Encontrar el espacio del Seminario fue la posibilidad de nombrar ese lugar al que he acudido al danzar por décadas, ese bios y sentir que por fín se dio un encuentro entre la experiencia y una forma de discurrir sobre ella, un logos que ha sido dúctil, poético.
Mi más reciente experiencia significativa de ser materia prima a partir de la cuál se hace filosofía, a partir de la cuál “me doy cuenta” y hago concepto fue el 6 de octubre del presente 2023 trabajando el patrón de la succión en el Taller que impartió Ashley Meeder de Movimiento somático y los patrones de conectividad del cuerpo en El Ático, Espacio Escénico independiente de San Luis Potosí, al experimentar, estar conscientizando el cuerpo blando, desde la boca, paladar, faringe, esófago, tracto digestivo, el estómago, hígado, páncreas, los intestinos grueso y delgado, el recto y el ano me encontré con una sensación de vulnerabilidad-vital.
En el cierre se nos invitó a escribir la experiencia del habitar las dimensiones de la exploración para transitar hacia su lectura o creación de sentido, con el fin de comprender nuestra vivencia desde “el mundo de la vida” y hacer una “reducción eidética”, esta revelación resultó ser muy significativa en lo personal ya que he atravesado un año con trastorno de ansiedad generalizada durante el cual mi ser insistía en sentirse, vivir en constante estado de amenaza. Este estado que he habitado lo narro en el siguiente fragmento:
Soy un milagro viviente, tan hermosamente vulnerable, expuesta…amada todos los segundos, protegida, cuidada, abrazada por la vida misma.
Soy ella misma, por dentro, por fuera; nervios, huesos, columna, cráneo.
Suelta
Confía
No tienes porque temer, siempre has sido cuidada y abrazada por este misterio llamado vida.
Volver a tener la experiencia de ser vida que se siente a sí misma a través de este eidos que llamo cuerpo me lleva al inicio de este Seminario ya que en el Manifiesto del Seminario de Fenomenología de la Danza y estudios de la corporeidad. Idea original de Raissa Pomposo, coordinadora de la Cátedra Gloria Contreras de la UNAM, Texto colectivo que se presentó el lunes 17 de agosto 2020, escribí:
La vida es.
Toda vida reviste una importancia.
Somos vida que toma cuerpo, se manifiesta, nos habita a todos por igual: ríos, piedras, desiertos, animales, humanos…
También escribí:
Danzar desde la hermandad, la unidad del sujeto con el mundo expresada en las tangencias, el vínculo de vida que somos.
Hoy, entrenar a solas es disponerme a zarpar hacia el encuentro en soledad con el espacio y el tiempo en donde habitan las nociones sentidas en el hueso, en la carne (chair), en la respiración, las preguntas intuidas, aún no formuladas pero que alcanzo a sentir latir en la semilla del silencio.
Acudir a la cita cual amante anhelando acariciar, contener en mi centro la gravedad avec laquelle on tira tous les choses vers son centre, contrayéndose, combándose (la danza como imagen Jean-Luc Nancy (2)) para dialogar con el mundo, para tocar la corporeidad del espacio, del “vacío” y ser tocada.
Este oleaje, flujo del tiempo y la energía me mantiene a flote danzando entre la caída y la suspensión. En este cotidiano ritual me experimento en plenitud con la conciencia de adentrarme en un tiempo profundo que me exige una atención plena al presente.
Cuerpo amante, emocionado, dispuesto y abierto al tiempo, al tacto, la escucha interna de la fascia, el crepitar del hueso, anhelante tendón, volumen, giro, tersa duela en encuentro con mi empeine, mirada que atraviesa imaginando lejanos horizontes.
Jugar a erguirse dignamente, construir la vertical; meterse al huracán con la locura de este brazo que lanza lo más lejos posible, con osadía, un grito de humanidad al Universo, un testimonio de vida para luego cálidamente regresar portando para sí las arenas del tiempo qui s'en fui déjà.
55 años, cuello anudado, la inquietud me recorre aún, mejor dicho siempre se agita en mi interior un diálogo inenarrable, intentos de agarrar al vuelo alguna nueva mirada, ángulo, sentido sobre el por qué la danza es algo vital para mí.
En el cuerpo existen memorias, instintos depositados en nuestro código genético como especie animal (por ejemplo, un pavo real expresa de manera acorde a su corporeidad en cortejo)… Ejercitar, frecuentar, despertar esta información, estas intuiciones que habitan en nuestra corporeidad es vibración, resonancia. Ejercer desde este nivel preverbal, antepredicativo, instintivo, genético, vivencial la danza.Respirar en mi calentamiento, en mi disponer el cuerpo me permite viajar, dimensionar (hay un adentro y afuera) mi cuerpo, llegar a exhalar y vaciarme tan a fondo como alcanzar la articulación del hombro, las inserciones de la tibia y el peroné, el peso de mis maléolos externos, la forma de la cresta iliaca; sé cuánto dura este vaciarse, una obscuridad del centro que atrae con la fuerza de un agujero negro, todo lo succiona y transporta años luz hacia aquella imaginaria dirección…adentro, vacío, centro. Conozco así las distancias y los pesos, fuerzas y direcciones, al habitar la forma, el sonido del agua que respira conmigo, mis células, las células de todo ser vivo, la vida en inmensa orquestación.
Fruto del cruce de una experiencia como bailarina de cerca de 40 años y la permanencia en el seminario fue el proyecto que resultó apoyado por el PADID en 2022: Encuentro “Hacia una Resignificación Metodológica de la Técnica Graham. Tangencia, Phaenomenon, Soma.”, realizado en el Centro de las Artes Bicentenario de la Ciudad de San Luis Potosí, S. L. P., como un espacio que generó una experiencia transformadora, creativa, investigadora, desde un abordaje transdisciplinar, creando nuevas miradas en torno al cuerpo a través del profundo significado de los principios que sustentan la Técnica Graham.
El Enfoque Fenomenológico y Somático de la Técnica Graham se planteó como una posibilidad de desarrollar una conciencia que experimente el ser en movimiento como vida que acontece en donde desaparecen los conceptos dualistas sujeto-objeto, a través del cual recuperar esta implicación dialéctica seres humanos-naturaleza. Asimismo, generar procesos que tienen consecuencias ecológicas potencialmente hacia el respeto y cuidado de la vida, desde la experiencia estética.
Este Encuentro resultó ser muy bien acogido por la comunidad de la danza, trascendiendo las fronteras nacionales, ya que asistieron hermanas de Chile, compañeros desde la Ciudad de Nueva York, así como de diversos estados de la República Mexicana. Se hizo patente la necesidad de reunirnos, cuestionarnos, compartir y resignificar nuestra práctica. Al término nos sentimos renovados, robustecidos y sobre todo con nuevas herramientas y motivaciones para compartir y sembrar estas semillas en cada uno de nuestros contextos, ya que cada uno de los 30 asistentes es docente, creador y por lo tanto formador de futuras generaciones de bailarines. La presencia de la doctora Christine Dakin, el maestro Jaime Blanc, el músico Eduardo González y la maestra Raissa Pomposo determinó que cada minuto vivido fuera nutricio, cálido y profundo a nivel humano, reflexivo y profesional.
Actualmente me he puesto a la tarea de proyectar un Segundo Encuentro “Hacia una Resignificación Metodológica de la Técnica Graham. Tangencia, Phaenomenon, Soma.”. Así como un retiro en donde pienso aplicar la Fenomenología como una metodología de desarrollo del diálogo interno hacía una conciencia integradora, sanadora de la escisión (creencia/percepción) del ser humano con el mundo.
Raissa has encarnado en pregunta, ahora veo tu rostro, incorporo otros rostros, Tanya, Gaby, Penny, Melanie, Francisco, diálogo con las reminiscencias de Amelia, Rocío…mis compañeros han sembrado en mi, se han vuelto pliegue de la memoria, somos planetarios, diversos, sangrantes, negros, líquidos, caóticos, silentes, volátiles, imaginarios; quiero expresarles un infinito agradecimiento porque junto a Ustedes he descubierto, sentido que hacer Fenomenología es estar enamorada de la vida, es reconocerse en el acto de copular con el mundo, es Amar.
Referencias:
(1) Schutz, Gabriel. Éticas De La Serenidad. La Invitación Helenística, UNAM-FFyL, 2022, p. 50.
(2) Imagen-danza. Intervención de Jean-Luc Nancy (versión en francés) en el XVIII Coloquio: Las Tres eras de la imagen organizado en la Ciudad de México por 17, Instituto de Estudios Críticos y el Centro de la Imagen entre el 12 y el 17 de enero de 2015. https://www.youtube.com/watch?v=Ds5KmwM7snY