Acción coreográfica en Conmemoración de la “Marcha del Silencio” de 1968.
M68: Cuerpos En Resistencia. / Conmemoración de la “Marcha del Silencio”
Acto coreográfico a cargo de Magdalena Brezzo con la colaboración de Jade Erandi Castilla, Yazmín Rodríguez y Magali Flores.
Participación de un contingente formado por voluntarios de Danza UNAM
Jueves 13 de septiembre, a las 13:00 horas
Explanada frente al Museo Nacional de Antropología Paseo de la Reforma & Calzada Gandhi S/N, Chapultepec Polanco, Miguel Hidalgo, 11560 Ciudad de México, CDMX.
Acción coreográfica realizada en el marco del concierto conmemorativo realizado por la Orquesta Filarmónica de la UNAM y la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional, bajo la dirección de Juan Carlos Lemónaco
La marcha del silencio del 68
El 13 de septiembre de 1968 ocurrió uno de los actos de resistencia civil mas importantes en la historia del México, alrededor de 300,000 estudiantes y profesores tomaron las calles y marcharon ayer por la tarde en absoluto silencio, con la boca cubierta, del Museo Nacional de Antropología al Zócalo.
Después de varios actos de represión por parte de las fuerzas del estado y una constante campaña negativa que los tachaba de “Revoltosos, violentos, traidores y comunistas”, los estudiantes lograron demostrar todo lo contrario, consolidando el movimiento estudiantil de 1968 y actuando por encima de la situación con un silencio que se convirtió en algo imposible de callar.
“El helicóptero seguía volando casi al ras de las copas de los árboles. Finalmente, a la hora señalada, se inició la marcha en absoluto silencio. Ahora no podrían oponer ni siquiera el pretexto de las ofensas. Apenas salidos del Bosque, a unas cuadras de iniciado el recorrido, las columnas empezaron a engrosarse. Todo el Paseo de la Reforma, banquetas, camellones, monumentos y hasta árboles, estaba cubierto por una multitud que en cien metros duplicaba el contingente inicial. Y de aquellas decenas y después cientos de miles sólo se oían los pasos. El silencio era más impresionante que la multitud. Si los gritos, porras y cantos de otras manifestaciones les daban un aspecto de fiesta popular, la austeridad de la silenciosa era semejante a la de una ceremonia solemne. Entonces, ante la imposibilidad de hablar y gritar como en otras ocasiones; al oír por primera vez claramente los aplausos y voces de aliento de las gruesas vallas humanas que luego se unían a nuestro contingente, surgió el símbolo que pronto cubrió la ciudad y aun se coló a los actos públicos, la televisión, las ceremonias oficiales: la “V” de ¡Venceremos! Hecha con los dedos, formada con los contingentes en marcha; pintada después en casetas de teléfonos, autobuses, bardas. En los lugares más insólitos, pintado en cualquier momento, brotaba el símbolo de la voluntad inquebrantable, incorruptible, resistente a todo, aun a la masacre que llegó después. En los días siguientes al 2 de octubre, la “V” continuaba apareciendo hasta en las ceremonias olímpicas”
“Los días y los años” de Luis González de Alba
Magdalena Brezzo y sus colaboradoras trabajaron con mujeres voluntarias durante dos semanas para la realización de esta intervención.
Mediante una serie de reuniones trabajaron el silencio, como una acción que supera lo sonoro o verbal, un acto político y de resistencia a los actuales cánones de estridencia de la vida en México.
Un acto que reivindica la capacidad del silencio para hacer visible la actual crisis de violencia de genero que existe en México, un país donde entre el año 2000 y el 2014 fueron asesinadas 26.267 mujeres, un promedio de cinco mujeres al día.
Para finalizar el concierto conmemorativo realizado por la Orquesta Filarmónica de la UNAM y la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional, bajo la dirección de Juan Carlos Lemónaco, se presento por parte de las dos orquestas la obra 4′33″ del compositor estadounidense John Cage, justo al inicio del segundo acto…
Tres mujeres jóvenes que se encontraban en la primera fila se levantaron al unisono, con una contundente calma comenzaron a caminar al fondo de la carpa, a su paso se sumaron mas mujeres distribuidas entre el publico hasta formar un contingente que emprendió su marcha.
Un grupo de mujeres de diferentes edades formaron una masa que emprendió su camino por los alrededores del Museo Nacional de Antropología, la tranquilidad de su andar, rompió de inmediato con el ritmo de la ciudad, provocando que poco a poco, más personas se unieran al recorrido, las aleatorias paradas y movimientos hicieron eco en todas las personas que se sumaron a la acción.
Incluso los peatones y niños jugando a su alrededor, se sumaban al solemne silencio provocado por tan sutil intervención, un silencio visibilizador que un grupo de mujeres lograron generar en una ajetreada tarde de jueves.
El recorrido finalizo a las puertas del Museo Nacional de Antropología, junto a la bandera nacional, donde 50 años antes a la misma hora, un grupo de estudiantes, se preparaban para armarse con esa poderosa arma. El silencio.
¡CALLARON LAS BOCAS Y GRITARON LOS CUERPOS¡